Lo habíamos hablado. Nuestra compañera y alumna Sara Cortés, comentó que en la granja porcina en la que trabaja su padre en Torralba de los Sisones, en ocasiones, nace algún lechón muerto, bien por que la madre lo aplasta o bien por que no se desprende bien la envoltura que lo recubre en el seno de la matriz junto con el líquido amniótico. Era una oportunidad para hacer un práctica de anatomía comparada.
La tarde del domingo 11 de diciembre recibo un mensaje de whatsapp indicando que había un lechoncillo muerto dispuesto para abordar su disección. Así fue. Sara lo trajo en una caja de poliespán perfectamente aislado y nos dispusimos a realizar su disección en la primera clase del lunes.
Comenzamos poniéndonos los guantes y extendiendo el animal dentro de una cubeta.
Lo primero que hicimos fue observar la morfología del lechón. En la cabeza, destacaba el enorme hocico y las grandes orejas, así como los pequeños ojos. Los dientes, propios de un animal omnívoro. Gran tamaño de tronco, patas cortas y una pequeña cola.
Le fuimos retirando la bolsa envolvente ...
y abrimos el interior del cordón umbilical ...
Comenzamos a cortar con el bisturí en la parte dorsal ...
separando la piel, comprobando la ausencia de tejido adiposo y observando los músculos dorales ...
Con ayuda de las tijeras de disección abrimos la caja torácica cortando a lo largo del esternón. Nos llamó la atención la naturaleza cartilaginosa de este alargado hueso y de las costillas que quedaron seccionadas, algo característico de los mamíferos ...
Caja torácica que alojaba un pequeño corazón de disposición central y los dos pulmones a sus lados, cada cual con sus respectivos lóbulos, conectados ambos a los bronquios, tráquea, laringe y faringe ...
Seccionamos los vasos que entran o salen del corazón viendo muy bien las gruesas arterias ...
Bajo el diafragma, aparecía un hígado que nos pareció de gran tamaño y que en su parte inferior ocultaba la vesícula biliar, una alargada y de un tono más claro que desembocaba en la primera porción del intestino delgado (duodeno) ...
Ya resultaba evidente el estómago, vacío por tratarse de un lactante, con una cámara única a diferencia de los otros ungulados que son rumiantes.
Entre el hígado y el estómago encontramos un órgano rojizo alargado y estrecho que interpretamos se trataba del bazo, un órgano que participa en la eliminación de eritrocitos viejos, la síntesis de ciertos leucocitos, el almacenamiento de la sangre, en la inmunidad y que forma parte del sistema linfático.
Previamente ya habíamos localizado los riñones, en posición alta y profunda dentro del tronco del lechón y, como solemos hacer, lo seccionamos longitudinalmente para observar la corteza, médula y pelvis renal.
Bajo el estómago encontramos el intestino delgado y el intestino grueso de diferente diámetro y color ...
... dándonos tiempo para poco más pues enseguida tuvimos que ponernos a limpiar y a recoger el material de cirugía y las piezas del lechoncico.
¡Buena manera de empezar la semana!
Bajo el diafragma, aparecía un hígado que nos pareció de gran tamaño y que en su parte inferior ocultaba la vesícula biliar, una alargada y de un tono más claro que desembocaba en la primera porción del intestino delgado (duodeno) ...
Entre el hígado y el estómago encontramos un órgano rojizo alargado y estrecho que interpretamos se trataba del bazo, un órgano que participa en la eliminación de eritrocitos viejos, la síntesis de ciertos leucocitos, el almacenamiento de la sangre, en la inmunidad y que forma parte del sistema linfático.
¡Buena manera de empezar la semana!